En las próximas semanas, los niños seguirán teniendo clases presenciales, lo que significa no solo promover las medidas de prevención del contagio de COVID19 en el aula, sino enseñarlas y aplicarlas adecuadamente para prevenir accidentes.
Al respecto, el doctor Gustavo Rivara, neonatólogo, advierte sobre los peligros de dejar que los niños traigan botellas de agua o alcohol a la escuela. De hecho, lo que podría representar un juguete atractivo es una sustancia inflamable apenas perceptible.
“El alcohol es un combustible muy inflamable, incluso más que la gasolina. Enviamos a los niños a la escuela con combustible en el bolsillo o en el cuello”, dice el experto en este video.
A través de una demostración, el Dr. Rivara demuestra que simplemente rociar una gota de alcohol sobre cualquier superficie la vuelve inflamable cuando se expone al fuego y forma una llama azul casi sin humo.
«Los fuegos de alcohol tienen llamas que no se ven y te puedes quemar pensando que ninguna llama como la gasolina produce humo negro y una llama mucho más notoria», señaló.